La
sandía, también conocida como patilla, melón de agua o melancia, es uno de los
frutos de mayor tamaño de cuantos se conocen y puede alcanzar hasta los 10
kilos de peso. Es el fruto de la sandiera, plantade la familia de las
Cucurbitáceas, que incluye unas 850 especies de plantas herbáceas que producen
frutos generalmente de gran tamaño y protegidos por una corteza dura.
Propiedades
de la sandía
La
facilidad que ofrece esta fruta para ser consumida, pues no necesita ser
pelada, la convierte en un postre ideal para los más pequeños, y dada la suave
textura de su pulpa esta fruta está indicada para quienes tienen dificultades
para masticar los alimentos. Su elevado aporte de agua la convierten en un
potente hidratante, y por tanto, en una fruta especialmente indicada durante su
temporada para las personas mayores, que suelen manifestar desagrado para tomar
suficientes líquidos. Dos buenas tajadas de sandía suplen a un vaso de agua, y
con el placer de degustar una fruta refrescante, dulce y sabrosa. En general,
resulta fácil de digerir, aunque puede resultar indigesta para ciertas personas
si la consumen después de las comidas, debido a que su elevado aporte de agua
diluye los jugos gástricos y retrasa la digestión de los alimentos, lo que
provoca la consiguiente sensación de indigestión e hinchazón.
Además,
resulta un magnífico diurético, es decir, aumenta la producción de orina, por
lo que su consumo está indicado para quienes padecen cálculos renales, ácido
úrico elevado, hipertensión y otras enfermedades que cursen con retención de
líquidos. Resulta interesante comer abundante sandía tras un día de excesos
alimenticios, pues al ser diurética, favorece la eliminación de sustancias de
desecho por la orina, por lo que resulta una ayuda perfecta como
desintoxicante.
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